Hijo, los padres no te aconsejamos porque seamos más inteligentes; lo hacemos porque hemos vivido más, nos hemos equivocado más, y hemos tenido la oportunidad de aprender más de nuestros errores. Puedes equivocarte solo, pero también puedes aprovechar la experiencia de los errores de los padres.
Simplificar siempre es recomendable. Pero ante el exceso de información que sufrimos, simplificar es -además- obligatorio.
Cambio, luego existo.
Cuando voy a un centro comercial, me doy cuenta de la gran cantidad de cosas que no necesito para ser feliz.